La libertad en Internet es el principal concepto que Jeff Jarvis sostiene en su columna.
Las instituciones muchas veces ven al internet como una herramienta de fraude, de piratería y delincuencia. Esto se pena sin notar que detrás de las leyes del papel se encuentran las reglas de los ciudadanos, sobre las cuales prima la libertad, y el internet hoy en día representa un ejemplo emblemático de lo que es la libertad de expresión.
Jarvis sostiene que los internautas tienen derecho a conectarse. El principio de conexión, de vínculo y comunicación es la base de la esencia y el progreso humano.
El hombre ha podido estructurar las sociedades porque puede conectarse consigo mismo y con sus pares. El internet representa una nueva forma de conectar a los hombres en los tiempos de hoy y por qué no de hacer que esta sociedad continúe avanzando.
En este concepto global de libertad, Jarvis también menciona la libertad de cada individuo de expresarse, de hablar y de hacerlo en su propio idioma. Estos conceptos pueden pasar desapercibidos cuando se habla de una idea tan amplia como la libertad. Pero en sí mismos representan no solo la manifestación de la libertad de expresión, sino también el fundamental y necesario intercambio cultural que es tan valioso en ésta era de la globalización.
El hecho de proclamar como derecho que cada ser se exprese en su idioma, conlleva la necesidad del entendimiento, del interés por la otra parte, de conocer a quién habla, de saber de él, de su origen y su cultura.
En una sociedad en la que se enaltece la proactividad, el trabajo en equipo, las nuevas ideas y la originalidad, el hecho de que haya intercambio cultural enriquece tanto el mundo profesional como el personal de cada uno, y cada vez más internet se convierte en el hilo conductor del globo terráqueo.
Jarvis también sostiene que los usuarios de internet tienen derecho a actuar, a controlar su información, a preservar su identidad y su privacidad. Todos estos son factores que tienen su lugar en su idea del internet como fenómeno libre.
Por más que las libertades planteadas por Jarvis sean absolutamente válidas y deseables para cualquier internauta, las referencias realizadas por el autor a las instituciones y al gobierno son hechas con desprecio, como si estos sólo promulgaran la coacción de la libertad de expresión en la web.
En diversos países de Europa se propuso la ley denominada como "anti- descargas".
En Francia, por ejemplo, dicha ley fue sancionada y por ella se le puede quitar la conexión a aquellas personas que sean descubiertas descargando repetidas veces archivos de música o películas vía web. Esto podría tomarse tanto como una acción totalitaria del gobierno francés, que limita la libertad de expresión de sus ciudadanos, o como una forma de prevenir el delito de la piratería y de re- impulsar la industria de la música y el cine en este país, dejando de lado el “mercado negro” de la web.
Este tipo de dualidades son las que se palpan al momento de plantearse el tema de la libertad en internet. ¿Puede lograrse la libertad absoluta sin caer en acciones que violen la ley?, ¿intervenir legalizando cuestiones de internet es coartar la libertad de expresión?
Estas respuestas posiblemente se hallen mediante el ensayo y error y el paso del tiempo, que nos dirá, en retrospectiva, cuáles son las prioridades que viven en la web.
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