martes, 31 de mayo de 2011

Rodando por Montevideo






“La canción se llama  Hermosa de mi sueños” dice un hombre de baja estatura y barba oscura, lleva una guitarra un poco destartalada y la voz algo ronca y así comienza a entonar, dentro de sus posibilidades vocales, una canción de amor. La canción no se llamaba así realmente, el nombre correcto era “Desde que te vi,” pero el hombre pudo cosechar algunas monedas gracias a esa entonación y bajarse del 121 que se dirigía a Pocitos con algo más de lo que tenía cuando subió. Ver sucesos como estos es típico en los ómnibus que recorren la ciudad de Montevideo. Allí pueden verse personas de cualquier estrato social y es muy común que, cuando no hay muchos pasajeros, se suban hombres y mujeres a cantar, actuar o vender artículos de diverso tipo para obtener dinero a cambio. 
En 1926, el Municipio de Montevideo autorizó a la “Compañía Uruguaya de Ómnibus” de Don Pedro Reyno a fundar la primera línea urbana privada de transporte colectivo, iniciándose así el servicio de ómnibus como lo conocemos hoy en día.

El ómnibus se caracteriza por tener un conductor y, en ocasiones, un guarda que cobra los boletos, controla la disponibilidad del ómnibus, sirve de guía para los pasajeros y muchas veces utiliza su frase típica: “pasando al fondo que hay lugar” para poder organizar al pasaje. Debido a la implementación del Sistema de Transporte Metropolitano en el año 2009 la presencia del personaje del guarda es cada vez menor en los coches, pero igualmente continúa siendo un personaje característico del transporte uruguayo.
 Más allá de sus características el ómnibus representa, con sus 18 pesos de costo actual, el medio más económico y relativamente cómodo para transportarse de un punto a otro de la ciudad y área metropolitana y es, sin dudas, la mejor forma de conocer desde las entrañas de Montevideo cómo es la propia ciudad.

martes, 24 de mayo de 2011

En un día como cualquiera

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En el asfalto, un álbum en Flickr.

En un día como cualquiera Carlos realiza su viaje cotidiano. Un duro recorrido contra las inclemencias del tiempo, pero que lo viene resistiendo desde ya hace cuarenta años.
Él vive en la calle, cerca de la Plaza Varela, es compinche de los trabajadores de la estación de servicio, de vez en cuando fuma tabaco armado pero si se le pregunta su actividad preferida, es, sin duda, escuchar la radio. Sorprende por su propiedad al hablar, sus buenos modos y educación. Explica que para él ya nada es como era antes, que hay mucha droga en la calle, mucha gente sin límites y que a él eso no le gusta. Y sin pelos en la lengua admite que comprende que la gente tenga sus reparos antes de colaborar con él. "Nadie sabe quién soy, ni qué hago, con como están las cosas hoy en día, yo también desconfiaría". Mientras advierte de lugares a los que  conviene no acercarse para no ser robado, cuenta sobre sus radios preferidas y lo que escuchó ayer en la sport 890. Y entre el esfuerzo de la recolección de basura y el peso de su carrito de supermercado, los cuentos y alguna que otra sonrisa que esboza, continúa su camino y su viaje, en un día como cualquiera.

martes, 17 de mayo de 2011

Entre lanas y agujas












Lidia Buceta tiene 79 años y es jubilada del sector de vacunaciones de la Intendencia de Montevideo.
Su verdadera pasión es tejer, y entre lanas y agujas se encarga de regalarle calor a su familia y además a las personas que acuden a ella para pedir ropa o alimentos. En esta materia su tejido predilecto es el de los “zapatones de lana”, unos zapatos con elástico hechos con lana que abrigan los pies y según ella son fáciles de tejer y “te mantienen calentito”.
 Lidia vive frente al Parque Rodó y para ella ese lugar es inigualable, confiesa que  los árboles y el mar le transmiten mucha paz,  y sus tardes transcurren muchas veces entre el tejido, la cocina y la vista a la naturaleza desde la ventana del que denomina “cuartito del medio”.
 Las cartas resultan compañeras ideales cuando llega la hora de las visitas y se puede comprobar una y otra vez que se necesita un rival muy rudo para poder vencerla en la conga.
El aroma a pan casero inunda el ambiente del hogar y completa la experiencia de los sentidos, haciendo que la visita a lo de Lidia sea una de las experiencias más placenteras. 

martes, 10 de mayo de 2011

En el corazón del Parque Rodó





Considero que estas son las mejores fotografías que he tomado porque veo en ellas la esencia de un momento y de un lugar. Representan, en un pequeño reportaje, lo que es el Parque Rodó, sus luces y sombras y el entorno que se genera en este lugar. Un lugar que como se ve no es igual en todo momento del día, sino que va variando según el momento en el que se concurra, la luz, el ambiente y fundamentalmente las personas, que hacen de este centro de entretenimiento un verdadero crisol que vale la pena admirar.

En el momento justo



La fotografía tomada del diario El Pais de España refleja un momento de compromiso, un instante que carga de responsabilidad a Obama para que cumpla con el acuerdo realizado con los inmigrantes Mexicanos. Esta fotografía representa ese acuerdo, por lo que es fiel a la realidad del momento, la ejemplifica y sobre todo la inmortaliza dejando latente el tratado allí mostrado.
La segunda fotografía se muestra en el periódico The New York Times, la imagen se refiere al conflicto que está sucediendo en Libia y allí se ve a un hombre revisando la casa de su hermano, ex guardia de seguridad interna, y viendo el destrozo que se dio allí.
 Considero que esta foto es un muy buen ejemplo de cómo retratar esta tragedia porque lo hace de un modo personal, no mostrando miles de cadáveres sino comprometiéndose con una historia y haciendo que valga el mundo íntimo de las personas. Logrando que se muestre su historia y que a partir de ellos se amplíe  el espectro hasta poder conocer lo que sucede en la globalidad.

Capturando esencia






Estas fotografías fueron presentadas en el periódico La diaria  y, en mi opinión, logran captar la esencia de los instantes que  muestran.
La foto del desfile de llamadas 2011,  tomada por Fernando Morán, transmite el espíritu de esta fiesta desde un ángulo poco común, tal vez alocado, pero que capta la atención al instante, y lo hace justamente por centrarse en un aspecto puntual como son los pies y el corso, nada más y nada menos que el alma del desfile de llamadas.
En el caso de la foto tomada por Nicolás Celaya para el mismo periódico en junio de 2010 sucede lo mismo. La fotografía impacta por representar el sentimiento de un momento, por perpetuar en el tiempo ese instante de felicidad y de plenitud que se dio en Uruguay cuando se llegó a la victoria contra Corea del Sur por octavos de final en el pasado mundial de Sudáfrica 2011.
Es por esto que considero que estas fotografías son atractivas, informativas y reveladoras de la esencia de dos momentos en la prensa nacional.